SPAGHETTI NERI ALL´AGLIO CON FUNGHI E GAMBERI
(para 2 personas humanas)
INGREDIENTES:
- 150 g. de Spaguettis Negros
- 100 g. de Champiñón
- 150 g. de Langostinos
- 1 Guindilla
- 3 Dientes de Ajo
- Aceite de Oliva Virgen
(para 2 personas humanas)
INGREDIENTES:
- 150 g. de Spaguettis Negros
- 100 g. de Champiñón
- 150 g. de Langostinos
- 1 Guindilla
- 3 Dientes de Ajo
- Aceite de Oliva Virgen
ASÍN SE HACE:
Buona Sera !!!
Antes de nada, perdón por el rimbombante nombre de la receta, que en el idioma del imperio vendría a ser algo como "espaguetis negros al ajo con champiñón y langostinos".
Desde luego hay que reconocer que con su nombre original en italiano queda mucho más vacilón (lo he hecho pa impresionar mis lectoras), y además dan más ganas de comerlo. No me pregunteis por qué, pero es asín.
Por si fuera poco, estamos ante unos de los platos de pasta más ilustres que jamás hayais podido degustar, y no es un farol.
Según la Real Academia de la Lengua (que por lo visto limpia, fija y da esplendor), un farol es:
"m. Caja de material transparente dentro de la cual se pone una luz".
Como podeis comprobar.......nada que ver.
Venga. Comenzamos la receta poniendo a calentar una olla con abundante agua y sal. Cuando rompa a hervir, añadimos la pasta.
Si teneis dificultad para encontrar los spaghettis negros podeis teñirlos vosotros mismos a base de añadirles tinta de calamar una vez cocidos y sofriéndolos después, pero esto solo vale como símil. Ni de coña van a saber igual que si los comprais ya preparados.
De todas formas, no creo que tengais problemas para encontrarlos en tiendas de delicatessen o en el ricón del gourmet del Corte Inglés.
Continuamos con nuestra receta cortando los ajos en finas láminas y hacemos lo mismo con los champiñones. Veeeeenga no seais perezosos.
Ya sé que los venden ya laminados pero no saben igual. Suelen estar bastante más resecos, ya os aviso.
Seguidamente, pelamos los langostinos y los reservamos.
Para que el aceite del sofrito coja sabor a mar, salteamos brevemente las cabezas de los langostinos hasta que estas cambien de color. Otra opción es echar el tapón de un flotador y un chorro de crema bronceadora pero yo que vosotros, me decantaría por la primera sugerencia.
En ese mismo aceite, echamos la guindilla y los filetitos de ajo hasta que se doren y teniendo cuidado de que no se tuesten. Es el momento de agregar el champi y una pizca del sal.
Una vez que el champiñón esté en su punto, añadimos los langostinos y ponemos la sartén a fuego fuerte el tiempo justo para que los langostinos se hagan. Con un minuto seguro que es suficiente.
Ya solo queda escurrir la pasta y añadirle este exquisito sofrito que hará las delicias de todos los comensales que tengan la fortuna de llevarse al paladar este exquisito bocado.
Buon apetitto. Ci vediamo domani e molte grazie.
Cocinero en pruebas para esta receta: ARMANDO ADISTANZZIA
Buona Sera !!!
Antes de nada, perdón por el rimbombante nombre de la receta, que en el idioma del imperio vendría a ser algo como "espaguetis negros al ajo con champiñón y langostinos".
Desde luego hay que reconocer que con su nombre original en italiano queda mucho más vacilón (lo he hecho pa impresionar mis lectoras), y además dan más ganas de comerlo. No me pregunteis por qué, pero es asín.
Por si fuera poco, estamos ante unos de los platos de pasta más ilustres que jamás hayais podido degustar, y no es un farol.
Según la Real Academia de la Lengua (que por lo visto limpia, fija y da esplendor), un farol es:
"m. Caja de material transparente dentro de la cual se pone una luz".
Como podeis comprobar.......nada que ver.
Venga. Comenzamos la receta poniendo a calentar una olla con abundante agua y sal. Cuando rompa a hervir, añadimos la pasta.
Si teneis dificultad para encontrar los spaghettis negros podeis teñirlos vosotros mismos a base de añadirles tinta de calamar una vez cocidos y sofriéndolos después, pero esto solo vale como símil. Ni de coña van a saber igual que si los comprais ya preparados.
De todas formas, no creo que tengais problemas para encontrarlos en tiendas de delicatessen o en el ricón del gourmet del Corte Inglés.
Continuamos con nuestra receta cortando los ajos en finas láminas y hacemos lo mismo con los champiñones. Veeeeenga no seais perezosos.
Ya sé que los venden ya laminados pero no saben igual. Suelen estar bastante más resecos, ya os aviso.
Seguidamente, pelamos los langostinos y los reservamos.
Para que el aceite del sofrito coja sabor a mar, salteamos brevemente las cabezas de los langostinos hasta que estas cambien de color. Otra opción es echar el tapón de un flotador y un chorro de crema bronceadora pero yo que vosotros, me decantaría por la primera sugerencia.
En ese mismo aceite, echamos la guindilla y los filetitos de ajo hasta que se doren y teniendo cuidado de que no se tuesten. Es el momento de agregar el champi y una pizca del sal.
Una vez que el champiñón esté en su punto, añadimos los langostinos y ponemos la sartén a fuego fuerte el tiempo justo para que los langostinos se hagan. Con un minuto seguro que es suficiente.
Ya solo queda escurrir la pasta y añadirle este exquisito sofrito que hará las delicias de todos los comensales que tengan la fortuna de llevarse al paladar este exquisito bocado.
Buon apetitto. Ci vediamo domani e molte grazie.
Cocinero en pruebas para esta receta: ARMANDO ADISTANZZIA
6 comentarios:
Tienen una pinta de caerse de espaldas esos "spaguetti". Cuando vaya al C.I. los buscaré
Besitos
Pa que gaitas revisare yo este blog a la una de la tarde...jodios jugos gastricos. Eres un crack, tien que estar cojonuos los gusanos negros esos. Tuporaki.
Hombre cuñaoooooo que sorpresa, tu por aquí (tuporaki) ¿Has visto que peazo de spaghettis?
A ver si consigo otra remesa y os los hago pa comer la próxima vez que vengais a casa.
Prometido queda.
Anda que eres gracioso, da gusto meterse en la cocina con ese animo, ademas de los platos tan ricos que nos pones. Te felicito
Sabía que te iba a gustar. Y eso que yo no soy adivino como tú.
Un beso
Pues el otro día se los hice a mi chica y... ¡nos encantó! Lo único, le añadí 150 grs. de chirlas cuando puse los champiñones. ¡Estaba para chuparse los dedos!
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