lunes, 29 de diciembre de 2008

CREMA TARDÍA DE CALABAZA


CREMA TARDÍA DE CALABAZA
(para 4 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 1/2 Kg. De Calabaza
- 1 Patata Grande
1/2 Litro de Agua
- 1 Vaso de Leche
- 1 Cucharada de Concentrado de Carne "Bovril"
- 2 Rebanadas de Pan de Molde
- Nata Líquida
- Perejil
- Pimienta al Gusto


Ahora que ya no nos queda año ni pa regalar y todos nos hemos dado nuestros buenos festines, me ha dao el punto de publicar una receta de lo más humilde, pero al mismo tiempo repleta de ricos matices y con mucho esplendor.
Ya lo decía mi querido y venerado José Saramago: "Las apariencias engañan mucho, por eso las llamamos así."
Y nunca mejor dicho amigos, porque ésto es pura seda para el paladar.

Ya sé que hubiera quedado más apropiada en Halloween por aquello de las calabazas, pero bien es cierto que este tipo de cremas apetecen más ahora, cuando aprieta bien el frío, pa que al comerlas te dejen el cuerpo más apañao que el de la Anllelina Yolí.

Hasta hace bien poco esta hortaliza era una desconocida para mí, y eso que me han dado muchas calabazas a lo largo de mi vida (que tampoco está mal porque recibir calabazas es sinónimo de arrojo por haberlo intentao), pero joer, nunca sabía que hacer con ellas.
Nunca......hasta ahora.

ASÍN SE HACE:

Vamos a comenzar pelando y troceando la calabaza, que dependiendo de la forma que tenga se puede hacer de una manera o de otra.
En mi caso se trataba de una calabaza de esas con forma de pera, así que lo que hice fué cortarla primero en rodajas circulares para que después fuera más fácil quitarle la piel.


Antes de seguir, me gustaría explicar una cosa curiosa que me ocurrió mientras hacía las fotos, y que volvió a ratificarme que los americanos de la NASA pretenden tomarnos el pelo con sus supuestas imágenes de violentas erupciones en la cromosfera del Sol.
Yo (que sé más de fotografía que D. Mariano Kodak), puedo asegurar que esas fotos son imposibles de realizar a tan corta distancia sin que se queme el carrete, así que la próxima vez que veáis una fotografía del Sol, pensad que lo más probable es en realidad se trate de una rondaja de calabaza puesta sobre una vitrocerámica.

He aquí la prueba:


Aclarado el tema, dejamos aparte la ciencia para seguir con la parte culinaria de nuestra receta e ir cortando la calabaza en trozos más o menos grandes, que iran a parar a una olla con agua hirviendo y una patata pelada.
¿Por qué primero la patata? Pues porque la calabaza, aún siendo mucho más dura, tarda menos en hacerse que la patata. Puede ser que la calabaza sea más porosa o también puede ser que la patata lo sea menos. Entre esas dos teorías me estoy debatiendo desde entonces.

Para que el sabor final de la crema no resulte demasiado insulso (o como diría el gran Carmelo de Cadi, demasio lasio), podéis añadir al agua de la cocción una cucharada de concentrado de carne o en su defecto, una pastillita de caldo de verduras.


Lo dejamos cocer durante 20 minutos (19 en Canarias), y seguidamente lo trituramos con la batidora en la misma olla. No hace falta que manchéis más cacharros, que ultimamente está el Fairy a precio de J&B.
Cuando esté todo bien triturado, vamos añadiendo la leche para que el puré resultante quede más ligero y lo volvemos a poner a fuego suave para que no se agarre durante 5 minutillos más.

Probamos el punto de sal y si todo está correcto, podemos servir ya la crema bien calentita y decorarla con unos hilos de nata líquida, una pizca de pimienta, el perejil y el pan de molde frito en el miniondas.


Después de probar esta delicia, tendré que volver a tirarle los tejos a mi frutera para que no deje de darme calabazas como ésta.

FELIZ AÑO NUEVO A TODOS

Cocinera en pruebas para esta receta: MÓNICA LABAZA

lunes, 22 de diciembre de 2008

MARY CRISMAS

Lo admito. Nunca me han gustado estas fiestas.
Siempre las he considerado un cúmulo de falsedades y excesos injustificados, como si durante el resto del año no nos mostrasemos tal cual somos, cuando irónicamente es al revés.
Porque si nos ponemos en ese plan.... yo soy el primero que monta unos cuantos belenes al cabo del año y además, raro es el día que no pongo un pino.

Asuntos escatológicos aparte, este año mi espíritu navideño ha sufrido un reajuste y confieso que está en plena efervescencia, igual que cuando tenía 9 primaveras.
Tal vez, todo se deba a la cantidad de artículos que he leído en diferentes medios y blogs, donde he podido percibir un incipiente y cada vez más notorio resquemor de la gente, con un tono algo más que fatalista hacia las navidades, y eso me ha llenado de tristeza porque vale que son un poco coñazo, pero tampoco es pa ponerse así joé.

A ello hay que sumarle el hecho de que viendo el otro día el anuncio de los turrones de "El Almendro", dos lágrimas como dos roscones de reyes resbalaron por mi mejilla al ver al mozo del petate volver a casa por Navidad, siendo consciente de la cantidad de años que lleva ese pobre chaval haciendo la mili.

Tenía intención de decorar un poco la página, pero como sé menos informática que el Dinio , y no tengo ni idea de como empapelar el blog ni ponerle espumillón a los laos, os brindo a todos mi particular felicitación de la mejor forma que sé, que es haciendo el ganso.
Y para que nadie se queje, os dejo el Christmas en 3 formatos distintos:

Una postal del Portal de Belén......


Un video-mensaje de sus majestades (los Magos no; los otros)...



...y para terminar un cachondo "pichancico" para cantar con la familia

(abstenerse las personas sin sentido del humor)






Pa que veáis que Julito vive y siente la Navidad como el que más.



MARY CRISMAS A TOD@S....
Y A PASARLO BIEN




lunes, 15 de diciembre de 2008

ALBONDIGUILLAS CON SALSA PESTO


ALBONDIGUILLAS CON SALSA PESTO
(para 4 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 436 g. de Carne Picada
- 1 Huevo
- 1 Diente de Ajo
- 2 Cucharadas de Pan Rallado
- 100 g. de Piñones
- Albahaca Fresca
- Tomates Cherry
- Aceite de Oliva
- Harina

Hay dos cosas para las que siempre fuí un desastre, y digo "fuí" porque una de ellas era hacer albóndigas sin que parecieran bolas de petanca (no por el tamaño, sino por la dureza), problema que al parecer, he conseguido superar con esta receta.

El otro asunto para el que soy un negado categórico, es para bailar. Ahora que se acercan días de fiesta, de salir y desparramar, no os quiero contar la guasa que se traen mis colegas, ansiosos de que Julito salte a la pista con su técnica del "engaña-baldosas" para descojonarse con mis pasos de baile, que para que os hagáis una idea, sería como hacer caminar a Chiquito de la Calzada sobre una cama elástica.

El día que me case y me toque bailar el vals, me veo a Mari Carmen agarrada a un muñeco hinchable con velcro negro pegao en las cejas y un abrelatas asomando por el labio superior para dar el pego.
Los que ya me conocen saben que soy más jevi que el viento, pero he de reconocer que sucumbo cuando escucho música de los 70, y no puedo evitar transmutarme en una especie de híbrido entre Barry Gibb y Luis Aguilé

Y es que bailar no será lo mío, pero hacer el payaso se me da de puta madre.
Ntchsss....Con lo serio que soy yo.

ASÍN SE HACE:

Lo primero que haremos será preparar la carne picada, para lo cual la pondremos en un bol, la salpimentaremos, y acto seguido le añadiremos el huevo y el pan rallao.
El ajo lo omitiremos de momento, ya que la propia salsa pesto llevará su buena dosis.
¿Os habéis dado cuenta de lo bien que manejo el futuro imperfecto?

Mientras reposa la carne, vamos a cambiar de tiempo verbal y de ingredientes, que viene el momento del pesto.
Como ya sabréis, la salsa pesto se compone de ajo, aceite de oliva, piñones y albahaca fresca.
Hay quien le añade un poco de parmesano, pero bastante tiene ya la salsa con el nombrecito para encima agregarle productos con aromas poco agraciados. Yo la prefiero sin queso.


Para elaborarla, introducimos los ingredientes arriba mostrados en la picadora reservando algunos piñones para la decoración final y ññññññññ. A triturar se ha dicho.

Llega el momento de elaborar las albondiguillas, cosa que no tiene mucho secreto teniendo en cuenta que quién más y quién menos, hace unas cuantas de ellas cada día (más conocidas como "armondiguillas"), sobre todo cuando estamos en el coche y sin pasarlas por harina precisamente ¿me equivoco?
Ya sabía yo que no.

Nos va a tocar currar un rato más, pero lo que nos interesa es obtener unas albóndigas de tamaño mini, no más grandes que una canica; que hay quién se emociona con esto de las albóndigas y acaba perseguido por una enorme bola de carne corriendo por la cocina en plan Indiana Jones. Un poquito de clase por favor.

Una vez moldeadas las albondigas, las pasamos ligeramente por harina y las vamos friendo a fuego suave, y a poder ser en una freidora, electrodoméstico fiel que está cayendo en el olvido por culpa de esos inventos demoníacos que estan terminando con el placer de cocinar.
Me refiero a las termomixes, superchefs y demás cacharros fríos y calculadores (sobre todo calculadores) que hacen comidas perfectas, pero sin personalidad alguna.
La freidora si que es fogosa.
Y éste, sí que es un super chef:

Todo lo que sé de cocina, es gracias a este tío

Para montar el plato, hacemos un pequeño charco con la parte más diluida de la salsa y vamos colocando las albóndigas como si amontonáramos pequeñas bolas de cañón.
Seguidamente, cortamos unos tomates cherry en finas láminas y los colocamos alrededor de la carne.
Por último, vertemos la salsa pesto por encima y dejamos caer unos cuantos piñones como quien no quiere la cosa.


Joer. Con este colorido y en las fechas que estamos, bien podía haber bautizado esta receta como "Jingle Balls". Y porque no se me ha ocurrido insertarles un palo (cosa que a los españoles se nos da tela de bien), que si no... menudos chupa-chups de chicha que habríamos inventao.

Que la disfrutéis majetes

Cocinera en pruebas para esta receta: MIRENTXU PACHÚS


lunes, 8 de diciembre de 2008

JABUGUEITOR

JABUGUEITOR
(para 1 persona humana)

INGREDIENTES:

- 1 Barrita de Pan Chapata Individual
- 100 g. de Jamón Ibérico
- 1 Tomate Maduro
- 1/2 Diente de Ajo
- 1/2 Docena de Aceitunas Negras
- Aceite de Oliva
- Albahaca Fresca
- 3 Hojas de Salvia (opcional)

Si no me equivoco, esta es la primera vez que publico una receta para una sola persona (humana, faltaría más), y la razón es que, por mucho que nos estimule cocinar para otros, hay días que por el motivo que sea, estás solo en casa como el Macauli Calquin ese, y no hay nada tan placentero como currarse un buen bocata acompañado de una cerveza bien fría.
Bueno, también es cierto que hay otras cosas más placenteras para hacer en solitario, pero dan más agujetas y dependiendo de la vehemencia con la que se hagan, pueden incluso producir inesperados esguinces de muñeca.
Me estoy refiriendo al tenis de la Wii, malpensaos.

Lo del bocadillo, aparte de ser más sano, también puede producir orgasmos, sobre todo si se trata de un producto tan arraigado y tan nuestro como el jamón ibérico.
Y lo de que es muy caro, es solo una banal excusa.
Todo depende de con qué lo comparemos porque si nos ponemos a echar cuentas, veréis que un bocadillo de categoría como éste sale algo más barato que un Guoper de esos que venden en el Burguer Cuin.


ASÍN SE HACE:

Como es obvio, comenzamos abriendo el pan longitudinalmente con un cuchillo de sierra. Al menos así es como empiezan todos los bocadillos que yo conozco, ya que si se hiciera al revés, tendrían poca chicha y haría falta tener la boca como el cantante de Aerosmith para poder comérselo.


Quitamos el exceso de miga y hacemos una pelotilla, de la cual observaréis que siempre se queda grisácea por muy limpias que tengamos las manos. Un misterio culinario que nadie ha conseguido desvelar.
Lo de la pelotilla era por realizar el experimento, pero ya la podéis tirar.
A continuación disponéis las lonchas de jamón sobre el pan, cuidando que quede bien colmadito, no como el típico bocata que venden en las gasolineras, donde colocan estratégicamente el embutido pa que asome por los bordes y por el centro está vacíoooooooo.
Ya os vale cabroncetes.

Seguidamente cortamos el tomate en trocitos y lo colocamos sobre el jamón, aunque si lo preferís restregado sobre el pan, pos vosotoros mismos. Yo con tal de no frotar........
Hacemos una picada con el ajo, la albahaca y el aceite de oliva, y lo desparramos sobre el tomate.
Por último, y para culminar nuestra obra de arte, coronamos el bocata con unas cuantas aceitunas negras (evidentemente sin hueso), a poder ser de buena marca.
Os juro por lo más sagrao que esto no es ningún fotomontaje y que este fabricante, existe.

Esto son aceitunas, y lo demás mariconadas, jajajaajjaaQue capacidad para la rima.
Ainsss....La madre que los parió.

El bocadillo como tal ya está terminado, aunque si os gustan los sabores un poco más marcados podéis añadirle unas hojas de salvia, que para nada van a enmascarar el sabor del jamón. Más bien todo lo contrario.


NOTA: Para que después no digan los americanos que todos los personajes terminados en "ATOR" (pronunciado"eitor") son suyos, desde aquí reivindicamos a los nuestros.
¿No tienen ellos al TERMINATOR? Pos antes que ellos, nosotros teníamos a Fernado Fernan-Gómez, más conocido como el ENFADATOR, que encima era 1.000 veces más temible y amedrantador que el Suasenaguer.
Ahora que tan ilustre personaje no está entre nosotros, larga vida al JABUGUEITOR.

Cocinera en pruebas para esta receta: ARANTXA PATA


miércoles, 3 de diciembre de 2008

LOMOS DE BACALAO CONFITADO SOBRE TATAMI DE SALMOREJO

LOMOS DE BACALAO CONFITADO SOBRE TATAMI DE SALMOREJO
(para 2 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 2 Porciones de Lomo de Bacalao
- 1/2 Litro de Aceite de Oliva
- 3 Tomates Maduros
- 2 Dientes de Ajo
- 1/2 Barra de Pan Duro
- Huevas de Mujol
- Vinagre de Vino
- Mayonesa

Diosssss. Que ganas tenía ya de publicar una buena receta de bacalao; pescado al que soy adicto hasta el punto de creerme bilbaíno en ocasiones y dejar que aflore el Joseba de pescuezo inexistente, mandíbulas cuadradas y perennes rosetones en las mejillas que llevo dentro.
Lo de la ceja única y super-poblada no hace falta, puesto que eso ya lo traigo yo de fábrica.

Como todos sabéis, el bacalao es el producto estrella del Atlántico, del que también deberiáis saber (sobre todo si sois vascos) que dicho océano delimita al norte con el Artico, al Oeste con América, al sur con Africa y que desemboca en la ría del Nervión, aiba la hostia!!

De todas formas, solo es un plato vasco al 50% dado que el otro protagonista del evento, es el salmorejo, gran invento cordobés que no solo resulta delicioso para comer solo, sino también con más gente.

Se me ocurrió que fusionar ambos productos podría dar buenos resultados y solo puedo decir que la combinación no pudo ser más asombrosa.

ASÍN SE HACE:

Una vez desalado el bacalo, lo escurrimos bien y lo introducimos en un cazo con suficiente aceite de oliva para que lo cubra y con el fuego ultra-lento para confitarlo.
La palabra confitar no significa coger al bacalo y llevarselo en plan coleguita a tomar unas cañas y unas raciones, no. Eso sería convidar, y no está la cosa pa andar despilfarrando con desconocidos.

Confitar consiste en cocinar un producto sumergido en grasa (aceite de oliva mejor) sin dejar que esta hierva en ningún momento, e intentar que no supere los 65ºC de temperatura.
Los más pijos usan un termómetro, pero ante la duda de saber donde ha podido estar metío dicho utensilio previamente, mejor aplicar la técnica visual de cuidar que el aceite no haga burbujas.


Lo normal es que tarde en hacerse de 15 a 20 minutos, tiempo más que suficiente para ir preparando el salmorejo.
Para ello, pelamos los tomates y con una buena dosis de paciencia les quitamos todas la pepitas que nos sea posible.
Los troceamos y los colocamos en el vaso de la batidora junto a 2 dientes de ajo, un chorro generoso de aceite de oliva, algo de vinagre, sal, y por supuesto, el pan duro.

Si se da el caso de que no tenéis pan duro, la solución es sencilla. Solo tenéis que acercaros al Erojki (como dice Miss) más cercano, y aunque el pan sea del mismo día, a los diez minutos de sacarlo de la bolsa, estará más duro que la picha de un muerto. Por lo menos en el Erojki de mi pueblo sucede asín.

Cuando lo tengamos a punto, colocamos unos moldes circulares sobre los platos donde vayan a ser servidos y depositamos el salmorejo con idea de preparar una buena colchoneta (o mejor dicho, un tatami) para el bacalao.

Lo de "tatami" se ocurrió como reseña a ese deporte tan extraño llamado judo en el que dos individuos/as se agarran y se empujan como si acabaran de salir de un licorería tras haber ingerido 3 botellas de Calisay cada uno, y en el que una de las reglas es no permitir que tu espalda toque el "tatami".
La filosofía del ganador es crucial en la vida, así que ya sabéis: la espalda del bacalao, parriba.


Para culminar el plato, rebajamos un poco de mayonesa con agua y le añadimos unas huevas de mujol, que aparte de ser asequibles para humildes mortales como nosotros, están realmente buenas y a esta receta en concreto, le van de cine.


NOTA: El aceite empleado para confitar el bacalao no se os ocurra tirarlo, que se trata de pura materia prima para llevar a cabo un pil-pil de verdadero libro.
De libro...., de cine...... Que cultural me estoy volviendo no?
Yo le dí un excelente uso para otra receta que publicaré más adelante.
Permanezcan atentos a sus pantallas.

Cocinero en pruebas para esta receta: JOSEBA CALAO