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miércoles, 29 de marzo de 2017

PANTORRILLAS DE PAVO A LA MOSTAZA ANTIGUA


PANTORRILLAS DE PAVO A LA MOSTAZA ANTIGUA
(para 4 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 4 Muslos de Pavo
- 2 Cucharadas Soperas de Mostaza Antigua de Dijon
- 1/2 Vaso de Vino Blanco
- 1 Docena de Espárragos Verdes
- Mantequilla
- Sal

A pesar de que no cocino mucho últimamente, los que me conocen saben que cuando lo hago, lo llevo hasta sus máximas consecuencias. Para variar, es también el caso de esta receta.
Todo empezó cuando vi la preparación de este plato en un recetario de cocina y me llamó mucho la atención lo de la "mostaza antigua". Lo fácil hubiera sido bajar al supermercado más cercano y comprar un frasco, pero no. Mi deber era hacerlo bien, y si para ello tenía que viajar en el tiempo hasta Dijon, en la Francia del siglo XVI, lo haría sin dudar.

Muchos pensaréis que los viajes en el tiempo son cosa de ciencia ficción.
Nah..... eso era antes.
Y no hablo de agujeros de gusano, teorías de cuerdas, o singularidades a nivel cuántico en el núcleo del átomo, no, no, no.
Es mucho más sencillo que todo eso. Para da un salto temporal, solo hay que tener una de éstas:

¿Es, o no es una máquina del tiempo?

Para que funcione, lo único que tenemos que hacer es bajarnos un programa llamado TimeTraveller 3.1 e instalarlo en una carpeta que no sea C:/ .
Después hay que forrarse el cuerpo con papel aluminio para repeler los campos magnéticos y colocarse media sandía hueca en la cabeza con el fin de atenuar los posibles impactos en caso de caer boca abajo.
Por último hay conectar la máquina del tiempo al puerto USB del PC, introducir los parámetros y pulsar Ctrl. + Esc.

Yo lo hice a pies juntillas, pero algo debió salir mal ya que en lugar de aparecer en Dijon, de pronto me encontré en medio de una extensa pradera entre extrañas flores y helechos.
Algún driver del Windows Vista me la había vuelto a jugar.

El caso es que me hallaba inmerso en un serio aprieto y más confundido que el Dinio haciendo un Sudoku. La dichosa máquina no tenía la tecla Ctrl. y no digamos la de Esc. De la sandía y del papel aluminio, ni rastro.
Estaba atrapado en el tiempo, pero eso era un problema menor comparado con lo que pasó a continuación.

De repente y sin avisar, apareció ante mi un enorme dinosaurio bípedo (aclarar que un bipedo es un animal que suelta ventosidades de dos en dos) que lejos de amedrentarme, me dió una idea cojonuda para la receta que estaba buscando.
Puede que no consiguiera la mostaza, pero unos buen par de muslos de pavo me iba a llevar seguro.


Si, si, jejejeje.....¡ Los cojones !

Cuando quise recobrar el conocimiento, me encontraba en un nido de Camptosaurio (sé que se llamaba así porque lo ponía en un cartel de madera que había frente a su guarida), esperando mi turno para ser devorado.
El enorme macho que me había capturado no estaba, pero había otro dinosaurio en el nido que debía ser la hembra ya que estaba poniendo huevos a mansalva.

Entonces fué cuando se me ocurrió que si me hacía pasar por uno de ellos, podría salvar el pellejo. ¿Y qué hice? Pues hacer el gesto de liarme a poner huevos yo también.
Me puse en cuclillas, apreté suavemente y .....cuál fué mi sorpresa cuando ví aparecer un huevo perfecto. Y después otro... y otro.
Y mientras apretaba, escuché una voz lejana y a la vez familiar que decía: "Julitooo, Julitooo".

Era Mari Carmen que había venido a rescatarme. Por si acaso, yo seguía poniendo huevos a pares.
Ahora la voz sonaba mucho más cercana, casi como un grito: "Julitoooo, Julitooo".
"Estoy aquí cariño"- respondí - "Siento haberte metido en ésto......la máquina del tiempo.....la mostaza antigua".
Entonces sentí la punzada cervical característica de una colleja bien dada y de nuevo la voz de Mari Carmen: " Pero que máquina del tiempo ni que leches. Despiértate anda, que te estas cagando en la cama, gañán."

Jooooooooer.
Así que.....¿todo había sido un sueño?
Pues menuda faena. Y no solo por la que se lió bajo las sábanas, sino porque se terminó una aventura que estaba tela de emocionante.

Ahora tocaba ducharse con jabón Lagarto, vestirse y bajar al Día más cercano a por un par de muslos de pavo, un manojito de trigueros y un frasco de mostaza antigua.
Igual de emocionante que mi sueño. Igualito.

ASÍN SE HACE:

Una vez recobrada la cordura, encendemos el horno y lo ponemos a 200º C sin pulsar ninguna tecla ni forrar la bandeja con papel aluminio por si las moscas.
Seguidamente lavamos las pantorrilas de pavo bajo el chorro de agua fría y le quitamos cualquier resto de pluma que pudiera tener.

Secamos bien los muslos, los salamos, y los embadurnamos con mantequilla, que hará las veces de adhesivo natural para que a la hora de extender la mostaza quede bien repartida y no se desparrame.


Cuando lo tengamos, agregamos a la bandeja 1/2 vaso de vino blanco con cuidado de no dejarlo caer sobre las pantorrillas, algo que en una orgía romana puede estar bien, pero no es lo que buscamos.
Las metemos al horno y las dejamos durante 25-30 minutos, dándoles la vuelta de vez en cuando.

Mientras tanto, ponemos a cocer los espárragos en agua con sal. No hace falta que hiervan mucho tiempo. Además hay un truco estupendo para cocer los espárragos que consiste en atar el manojo con un hilo y ponerlos a cocer de pie. De esta manera, la parte más dura se cocerá antes y las puntas, aparte de no romperse, quedarán "al dente" gracias al vapor.

Una vez que el pavo esté tierno, lo sacamos del horno y batimos la salsa resultante.
Para presentarlo, hacemos un charquito con la salsa, colocamos sobre ella las pantorrilas y coronamos con los trigueros.


Al ataqueeeeer, que está buenísimo. Os vais a comer hasta el hueso.


Para terminar, dos consejos:

1º) No os pongáis chulos cuando tengáis delante a un pavo de 4 metros de altura
2º) La mostaza antigua no hace falta que sea del siglo XVI. Con que sea del mes pasado, vale.

Cocinero en pruebas para esta receta: BALBINO BLANCO

Dedicada a mi pinche (y ahora también "compinche" JERO)

Publicada originalmente el 25 de Octubre de 2010

martes, 14 de enero de 2014

CALDERETA EXTREMEÑA


CALDERETA EXTREMEÑA
(para 8 personas humanas y un vecino que se arrimó al olorcillo de la chasca)

INGREDIENTES:
- 1 Cabrito Lechal
- 1 Hígado de Cabrito
- 1 Cebolla Grande
- 1 Cabeza de Ajos
- 3 Pimientos del Piquito
- 1 Litro de Agua
- 1 Vaso de Vino Tinto
- Pan
- Tomillo
- Aceite de Oliva
- Leña de Encina (no se come, pero es necesaria)


Ya tenemos la excusa perfecta para telefonear a los colegas y planear un día de campo, donde el protagonista indiscutible será este típico guiso extremeño, que para que sea auténtico, ha de hecerse al aire libre, en olla de barro y con leña de encina.

Es de suponer que ya tenemos el fuego en marcha, encargado el cabrito y que el carnicero no habrá hecho honor al nombre del bicho (pero con más años) y se habrá tirado el rollo, troceándolo bien.
Si es así, ya podemos empezar.

ASÍN SE HACE:

Poco antes de que el fuego está a punto, untamos bien el cabrito con sal, pimienta, aceite de oliva y unas hojas de tomillo intentando que quede bien impregnado. Una vez que las llamas se hayan extinguido (en Perú creo que todavía quedan algunas), ponemos la olla encima y la rodeamos con las brasas.

Para esto existe otra técnica que es poner junto a la olla un radiocassette en el que suene un CD de King Africa. No es para que amenice la velada. Es sobre todo por la brasa que da, aunque cuidaoooo.
Quizá sea demasiado tostón, y corremos el riesgo de que el guiso se queme y a nosotros se nos caiga una oreja a la hoguera. Menos arriesgada la primera técnica no?

Cuando la olla esté bien caliente, añadimos la cebolla cortada en juliana y los trozos de cabrito, que si puede ser extremeño, mejor (click aquí para ver los alimentos de Extremadura).
Notaréis que suena: "chssssssssssssssssssss". Eso es buena señal, aunque hay que darle algunas vueltas para que no se agarre y con cuidado de no quemarnos el brazo; que eso coge más calorías que la manta eléctrica de Lucifer.

Cuando veamos que empieza a dorarse (el cabrito,....no el brazo), lo cubrimos con el agua y un vaso de vino tinto. Tapamos la olla, nos despreocupamos por un rato y aprovechando que estamos de campo nos tomamos una cervecita acompañada de unos buenos ibéricos extremeños y nos hacemos una torcedura al intentar emular a Ronaldihno con la pelota de Nivea. Ya estamos en edad de ser unos buenos domingueros, que no se diga.

Pasados 30 minutos aprox. ponemos una cabeza de ajos y unas cuantas rebanadas de pan sobre las brasas. Dejamos que se tuesten ligeramente y retiramos. Seguidamente ponemos en un mortero: un hígado del cabrito (el derecho o el izquiero, eso da igual), 3 dientes de ajo tostados, 2 rebanadas de pan tostado y 3 pimientos del piquito.
Machacamos bien hasta obtener un majado de color muy similar al del cebo que se usa para capturar tiburones (si nunca habies ido a cazar tiburones, digo yo que lo habreis visto en algun documental), y añadimos la mezcla a la olla, dejándola en el fuego durante 15 minutos más hasta que espese bien la salsa.

Esto ya está finiquitado amigos. Ya solo queda buscar un valiente con la suficiente testiculina que saque la perola de la chasca para que todos puedan disfrutar en plena naturaleza de este manjar.












 
NOTA: Me gustaría dar las gracias a mis amigos de Badajoz, Macarmen y Tejota, verdaderos instigadores de que decidiera llevar a cabo esta receta, ya que siempre me ponían los dientes largos (mas aún, si) cada vez que me contaban que habían estado de campo.
Gracias también a mi compadre Julio y a mi cuñado Javi por estar al quite con la olla.



Cocinera en pruebas para esta receta: JUNCAL DERETA

jueves, 31 de mayo de 2012

LOMO SAPIENS


LOMO SAPIENS
(para 2 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 6 Medallones de Cinta de Lomo
- 6 Lonchas de Mozarella
- 6 Tortillas de Maíz
- 3 Huevos
- 1 Berenjena
-  Orégano
- Harina
- Semillas de Sésamo
- Salsa Brava (opcional)

Hoy le toca el turno a un plato de mi propia cosecha, de esos que tanto me gusta hacer basándome en "capas" o "estratos"como el O.N.I. o los Huevos Acorralados.

Fue precisamente en la investigación de esos estratos y durante el desenterramiento de fósiles (incluida la dentadura postiza de la duquesa de Alba, queascoporfavooor...), cuando tuvimos conocimiento de que los homínidos de la tierra primigénia ya dominaban el poder del fuego y no te quiero contar el de la cocina.

 Dicen que el fuego lo descubrió el homo erectus, pero no......
El homo erectus, lo que descubrió fué la viagra (de ahí su apelativo) y por ende, también se le atribuyó la invención de la cinta de lomo. 
Ya sabéis..... la inevitable comparación con el concepto físico de lo que la mayoría entendemos por este producto: algo cilíndrico, rosado, carnoso, contundente y de gran tamaño. 
Luego sobrevino la confusión por causa del calentón y la fogosidad permanente que sufrían estos bichos, pero claro..... eso es algo muy diferente al fuego propiamente dicho.
 
 Lo que muy pocos saben es que el auténtico descubridor del fuego fue su ancestro el homo sapiens, que como todos los primates, incluidos nosotros los humanos, gustan de darle mucho a la manivela (imaginaos cuál) y pasó lo que tenía que pasar:  frotamiento extremo, chispa que salta y hoguera que te crió.

Desde entonces, paleontólogos y filósofos andan a la greña por este asunto, así que lo mejor es intentar reconciliarlos y tratar de aunar posturas (incluida la del misionero) a través de esta receta.


ASÍN SE HACE:


Lo mejor de este plato es que da lo mismo por donde empecemos, aunque si os parece, comenzaremos por lo más engorroso que es rebozar y freir las berenjenas.
Para ello, cortamos las berenjenas en rodajas de un diámetro lo más aproximado a las lonchas de cinta de lomo, y las pasamos por harina y huevo, friéndolas hasta que se doren ligeramente.

Seguidamente vamos a hacer los huevos a la plancha. Como sabéis, los huevos constan de dos partes principales: la clara y la heidi.
Para la ocasión, vamos a utilizar solo la clara con el objeto de que al morder nuestra inusual "hamburguesa" no se desparrame todo y acabemos con los mofletes pringosos como si hubiéramos salido de un capítulo de The Walking Dead.


Es el turno de los filetes de cinta de lomo, que por supuesto, también haremos a la plancha.


Lo más difícil ya lo tenemos, pero..... ¿qué sería de una hamburguesa sin el pan?... ¿dónde se ha visto eso?.... Aquí na más, está claro.
Pero cuidadín.....eso no es del todo correcto, ya que a modo de pan, nos vamos a servir de las famosas tortillas mexicanas de maíz que se emplean para hacer los burritos.
No van a ir ubicadas en el lugar donde todos esperan, pero es precisamente lo que mola.

Solo hay que recortarlas con unas tijeras o si tenéis, con un molde circular. Lo importante es que todos los ingredientes tengan más o menos el mismo tamaño.


Y ahora, a montar se ha dicho. Capa sobre capa.
Ésto lo podéis hacer a vuestro antojo, aunque yo recomiendo que coronéis la torre con la mozarella y el orégano porque nuestro artilugio va a ir directito al horno.


No hace falta que el horno esté demasiado caliente (para eso ya está el homo erectus), porque lo interesante es que se haga lento. Lento, lento, leeeeeeento. Como el teletexto de Antena 3.
Una vez que el queso se haya fundido, ya lo podemos servir, rematando la faena con una llovizna de semillas de sésamo por encima, y si queréis, la salsa brava.


Lo de la salsa brava lo he puesto como ingrediente opcional, ya que existe la posiblidad de que algunos de mis lectores sufran en silencio lo que todos sabemos y tampoco es plan de que les ponga el culete como el de un mandril. Estaríamos echando por tierra millones de años de evolución.


Cocinero en pruebas para esta receta:  JAIME DAYONES

miércoles, 30 de mayo de 2012

POLLO A LA MIRINDA DE NARANJA


POLLO A LA MIRINDA DE NARANJA
(para 2 personas humanas)

INGREDIENTES:

-1/2 Kg. De Pollo Troceado
- 1 Lata de "Mirinda" de Naranja
- 1 Cebolla
- 1 Cucharada de Crema de Champiñones
- 2 Patatas
- Perejil
- Pimiento Rojo
- Aceite de Oliva

Esta semana, la cosa va de tuneos y hoy le tocaba el turno a esta receta que copié descaradamente del blog de María.
No contento con ello, también plagié las patatas árbol de Sandeea para que el pollo no se sintiera tan solo.
Como se entere la policía ya verás la que me cae; que está la cosa del espionaje mu jodía.

El caso es que llevaba algún tiempo viendo por ahí recetas de pollo con salsas basadas en refrescos: que si pollo con Caca-Cola, que si pollo con MariTrini de manzana, que si pollo con Infanta de naranja.....
La verdad es que me llamó la atención el éxito cosechado por estas recetas en diferentes blogs de cocina, hasta el punto de querer hacer mi propia versión.

Mi primer impulso fué salirme un poco de la norma, y se me pasó por la cabeza hacer Pollo con Red Bull.
Después recordé que el eslogan de esta marca es "Red Bull te da alas", y me acojoné.
Me dió miedo que el pollo saliera volando, así que al final opté por el refresco de naranja.
Y creo que hice bien.

Jamás me hubiera esperado un resultado tan suculento.
Ahora comprendo su éxito.

ASÍN SE HACE:

Lavamos bien los trozos de pollo, los salpimentamos y los ponemos en una cazuela de base ancha con un poco de aceite de oliva con el fin de dorarlos.
Al mismo tiempo (para los que tengan 4 brazos), cortamos la cebolla en juliana y la añadimos a la cazuela.


Todavía no encendáis la campana, que este olorcito hay que aprovecharlo.
Rehogamos todo bien, y cuando la cebolla se nos insinúe con sus transparencias, añadimos una cucharada de polvo de crema de champiñones.
Volvemos a mezclar el conjunto y ahora sí, añadimos la lata de refresco de naranja.

Para que la receta no fuera un clon exacto de la de María, en lugar de Fanta me decanté por la insólita y cada vez menos frecuente Mirinda.
Muchos pensaréis: "pero si eso ya no existe!!".
Jejejejee, ¿cómo que no existe?

Costó su trabajito localizarla, pero aún sigue viva

Seguro que los más jovenes no han llegado a conocer la Mirinda, pero los que ya vamos peinando que otra cana (al que le quede pelo, claro) recordamos con nostalgia este refresco que marcó nuestra niñez.
Además, si juntabas unos cuantos aislantes de los que había bajo la chapa, te regalaban singles de Karina y de Miguel Ríos como estos:

Que recuerdos eh?

Bien. Pues dicho esto, ya podéis conectar la campana y poner la cazuela a fuego medio hasta que el pollo esté tierno y la salsa se haya reducido hasta adquirir una textura melosa.
Calculad unos 30 minutos, o como mucho media hora.

Mientras se hace el pollo, vamos con la parte más complicada y entretenida de la receta, que son las patatas árbol de Sandeea.
Para que salgan bien, es recomendable contar con una mandolina para conseguir rodajas ultrafinas, casi transparentes.

Como yo no tengo esos cacharros, pos lo hice a cuchillo, con mucho tacto, mucha concentración y mucha piedra de afilar.


La técnica consiste en introducir entre lámina y lámina una hoja de perejil, o lo que os venga en gana, siempre que sea fino, claro. A ver si ahora os va a dar el punto de meter un queso de tetilla entero, que no.

Además del perejil, yo hice la mariconadilla de los corazones de pimiento rojo, que además vienen a huevo para lo de S. Valentín.

Vale. Pues para hacer las patatas hay que poner una sobre otra a modo de sandwich y a hala:
a freílas.


El almidón de la patata hará las veces de pegamento, para que una vez fritas y escurridas, las patatas queden más o menos así:


¿Sigue ahí ese pollo?
Vale. Pues una vez esté en su punto de cocción, colocamos lo que son las tajadas en un plato y pasamos lo que quede de salsa y algunos trozos de cebolla por la batidora para obtener esta preciosa salsa de color naranja:


Acompañamos de las patatas árbol, y todo estará listo para montar un buen pollo como éste:


NOTA: Estaría mintiendo si no digo que esta es una de las recetas más soprendentes e inesperadamente ricas que he hecho ultimamente. Y muy sencilla.
Apúntatelo Miss Mostoles, que esta es váilda pa una persona sola. ¿No has visto los singles?

Cocinero en pruebas para esta receta: FEDERICO CACOLA

Publicada originalmente el 12 de septiembre de 2009

domingo, 15 de abril de 2012

POLLO EN PEPITORIA


POLLO EN PEPITORIA
(para 4 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 2 Cuartos Traseros de Pollo de Corral
- 75 grs. de Almendras
- 2 Huevos
- 2 Dientes de Ajo
- 1 Cebolla
- Pan
- 6 Hebras de Azafrán
- Nuez Moscada
- 1/2 Vaso de Brandy
- 1 Cucharada de Harina
- Perejil

 No sé si alguna vez os he hablado de mi amiga Pilar de "a la luna se le ve el ombligo". Creo recordar que sí, pero por si por un casual no lo hubiera hecho, debo deciros que ella es mi amiga cibernética más antigua; casi desde que los del Pentágono inventaron Internet. Y no exagero. 
Pilar y yo nos conocimos cuando había que entrar a la red con un módem al que solo le faltaba ser de madera. Era cuando había que girar una manivela y tras una serie de horribles pitidos,  una operadora te daba paso. Yo preguntaba algo, y a los 15 o 20 minutos, Pilar me respondía.
Eran otros tiempos: caducos y desfasados, pero a la vez muy entrañables.

 Han pasado ya muchas lunas desde entonces (con ombligo y sin él), y a pesar de ello hemos seguido manteniendo el contacto y nunca hemos terminado de perdernos la pista.  Fruto de esa relación siempre complaciente (amén de nuestra pasión por la cocina), es esta nueva aventura gastronómica.

Pilar colabora con un distinguido grupo de bloggers que se hacen llamar "Recetario Mañoso" y cada mes le dan protagonismo a un ingrediente en torno al cual, cada uno se curra una receta. En esta ocasión era el turno de las almendras, y casi dándome un tirón de orejas por mi holgazanería, Pilar me pidió que les hiciera un plato, pero no tuve más remedio que decirle: "mejor hago una receta, que la alfarería no se me da bien".

Y como tampoco me gusta mucho el dulce, la mejor receta que se me ocurrió basada en las almendras fué un clásico entre clásicos: el pollo en pepitoria.

Esta es una receta con mayúsculas, tal vez la mejor forma que existe de comer un guiso de pollo, así que ....

ASÍN SE HACE:

Antes de nada, deciros que antiguamente nuestras abuelas hacían esta receta con gallina en lugar de pollo, pero la gallina tiene la carne más dura y correosa, aparte de la mala fama que acarrea por su promiscuidad, algo que nunca he llegado a entender del todo, porque ya me diréis el atractivo que puede tener una gallina. No es precisamente un ejemplo de evolución.
La madre naturaleza es sabia. Nunca se equivoca. ¿Sabéis por qué los gallos no tienen manos? Pues porque las gallinas no tienen tetas. Así de simple.

Por eso vamos a utilizar pollo de corral, mucho más sabroso y tierno. Lo vamos a salpimentar, lo vamos a pasar por harina y lo vamos a sofreir hasta que se dore un poco.



A continuación ponemos un chorrito de aceite de oliva en una olla, añadimos la cebolla cortada en juliana y antes de que se tueste, agregamos los trozos de pollo y mezclamos bien.



Espolvoreamos media cucharada de nuez moscada sobre el conjunto, damos unas cuantas vueltas (al guiso, no a la olla) y añadimos el brandy.


Esperamos un minutillo a que se evapore el alcohol y seguidamente lo cubrimos de agua. Tapamos y dejamos cocer a fuego medio.
Mientras tanto, cortamos unas rebanadas de pan en cuadraditos y lo sofreímos junto a las almendras y el ajo bien picado.

Si sobran almendras, las guardamos para dárselas a las gallinas, ya que según la leyenda urbana, comer almendras hace que crezcan mucho las tetas. Y con la miga de pan, lo mismo y por el mismo motivo. A ver si así....
Aunque insisto: es una leyenda urbana. Que ya os conozco a algunos y sois capaces de prescindir del pan y las almendras para sustituirlos por silicona. Ni se os ocurra !!!!


Cuando el pan con las almendras empiece a dorarse, lo retiramos del fuego y lo machacamos en el mortero junto a unas hebras de azafrán. Y cuando digo azafrán me refiero a azafrán de verdad. Nada de colorante, o nuestro esfuerzo no habrá servido de nada. No tenéis más que ver como acabó el Maikel Jackson por abusar del colorante.

Este majado lo incorporamos al guiso y bajamos el fuego para que se vaya haciendo a fuego lento, durante una media hora aproximadamente.

Durante ese tiempo nos habrá dado de tiempo de sobra a cocer dos huevos, y esta vez sí: de gallina  (mira que tener huevos en vez de tetas....)
Es practicamente el último paso, ya lo único que nos falta por hacer es trocear la clara y añadirla a la olla. La yema es mejor estrujarla para que dé algo de densidad a la salsa. Tal vez con una sola sea suficiente. Con la otra ya sabéis: se deja secar y bola gratis para el próximo partido de futbolín.

Rectificamos de sal si fuera necesario...... y plato terminado, amigos.


Espero que os guste tanto como a mi y que mi aportación al Recetario Mañoso haya servido para algo.

Un beso muy especial para Pilar. Gracias por todo amiga. 


Cocinero en pruebas para esta  receta: MARCIAL MENDRAS

miércoles, 29 de abril de 2009

CORDERO CON GRANADAS

CORDERO CON GRANADAS
(para 2 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 1 Pierna de Cordero
- 1 Granada
- 1 Cebolla
- 1 Diente de Ajo
- 1 Hoja de Laurel
- 1/2 Vaso de Agua
- 10 Semillas de Cardamomo
- 1 Cucharada de Ras el-Hanout
- 1/2 Cucharilla de Cúrcuma
- 1 Pizca de Comino Molido
- Pimienta Negra
- Perejil Rizado

El otro día estaba haciendo algo de zapping (único deporte que practico de manera asidua), cuando de repente apareció en un programa de estos de cotilleo una pájara cuyo nombre no recuerdo.

Era la típica maruja con la piel de color cuero y más arrugas que el culo de un elefante fruto de tanto rayo UVA y tanto lifting mal hecho, que se vanagloriaba de su juvenil aspecto cuando la cruda realidad es que daba verdadera grima verla. No es que tenga nada en contra de las operaciones de estética, pero.... ¿es que esa gente no se da cuenta de que por mucho que intenten rejuvenecerse artificialmente siempre se acaba notando y al final les echas más años de los que realmente tienen?

Es como los que insisten en quitarse años cuando les preguntas la edad.
¡¡¡Pero vamos a ver gilipollas!!!
Si lo que tienes que hacer es justo lo contrario, es decir, ponerte más años para que te digan: "coño, pos estas mu bien pa tu edad"

Encima la tía, tuvo el arrojo de decir que solo le faltaba quitarse unas leves patitas de gallo para parecer aún más joven. Y ahí fué cuando ya no pude más y pensé en voz alta:
"¿Patitas de Gallo? Eso no son patas de gallo hialagranputa. Eso son piernas de cordero!!"

Y así fué como esa frase terminó abriéndome la mente y las tripas, pasando de la nausea al apetito. A ver si no a santo de qué iba a contaros esta tontería.
Este plato no creo que le haga demasiada ilusión a mi colega Tito dado que tiene un trauma con los corderos que ríete tú de la Yodi Foster, pero ya va para dos años que publiqué mi última receta basada en este animalito, así que ya tocaba.

ASÍN SE HACE:

Para los que somos sensibles con los animales, como el gran poeta Manolo Rubiales y otros amigos, siempre supone un trauma llegar a la carnicería y pedir una pierna de cordero sin saber la suerte que ha corrido el animalito. Por eso yo siempre me aseguro de que se les cause el menor daño posible para que puedan seguir llevando una vida normal.


Comenzamos preparando el macerado de la carne que en este caso va a consistir en: pimienta negra molida, unas cuantas semillas de cardamomo, ajo bien picado, cúrcuma, comino y una especia llamada Ras El-Hanout que es la que se suele utilizar para hacer los pinchos morunos.
Esta última podéis encontrarla sin dificultad en cualquier carnicería marroquí. Seguro que hay alguna cerca de vuestro barrio.

Mezclamos todo bien y dejamos reposar. Todo depende de la prisa que tengáis, pero ya sabéis como va esto: cuanto más tiempo, más sabor obtendrá la carne.


Mientras el cordero se va aclimatando a las especias, podemos aprovechar para desgranar la granada. Para esto hay un truco que consiste en partir la granada por la mitad y darle golpes secos con el canto de una cuchara para que vayan cayendo las semillas. Después hay que separar los pequeños fragmentos amarillos para que no amargue. Les damos un lavadito y las reservamos (me parece que acabo de cometer laísmo, leísmo o como coño se diga).

A continuación cortamos la cebolla en juliana, y la ponemos a rehogar en una olla junto a una hoja de laurel y aceite de oliva. Antes de que se empiece a tostar añadimos los trozos de cordero.
Salpimentamos y removemos hasta que la carne cambie ligeramente de color.


Esto se hace para conservar los jugos de la carne en su interior y se le llama sellar, término muy familiar en tiempos de crisis, y que al que más o al que menos nos ha tocado practicar recientemente en la cola del I.N.E.M. verdad?

Bien. Pues una vez listo, colocamos todo el conjunto en una bandeja de horno y le agregamos un vaso de agua. Podéis usar vino blanco, pero cuando se trata de cordero queda mejor con agua. Al menos eso dice siempre mi madre y yo....... pues siempre he sido muy buen hijo. Muy obediente.
Un beso mamá.

Metemos la bandeja en el horno y lo tenemos más o menos 40 minutos a 180º.
Lo del tiempo y la temperatura lo pongo como algo referencial, ya que yo siempre uso la infalible técnica del "hostias, que bien huele!!!" y sobre todo, la visual:


Así tal cual ya podría comerse y pringar en la salsa resultante, pero vamos a hacer algo mejor: vamos a separar las piezas de carne, y vamos a meter el resto en la batidora. Bueno, en la misma batidora no. Mejor en el vaso que acompaña dicho artilugio.

Vais a comprobar que nos queda una salsa ligera de color amarillo vivo que utilizaremos como fondo para decorar el plato. A continuación ponemos las piezas de cordero por encima, y para terminar las semillas de granada y un ramillete de perejil rizado (como el que salía en Barrio Sésamo, pero sin cuernos)


NOTA: No ha sido intencionado, pero me acabo de percatar que hemos mezclado lo árabe con granada y si no me equivoco, ambas partes tuvieron follón hace unos 500 años cuando lo de Boabdil, el pacto de Córdoba y toda aquella movida. Espero no haber levantado viejas ampollas, que ya ha llovido un poco desde entonces, joer.

Cocinero en pruebas para esta receta: CRISPÍN CHOMORUNO

martes, 20 de enero de 2009

SECRETO IBÉRICO CON CREMA DE ANACARDOS Y PETIT-SUISSE


SECRETO IBÉRICO CON CREMA DE ANACARDOS Y PETIT-SUISSE
(para 2 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 2 Piezas de Secreto Ibérico de 125 g.
- 1 Docena de Anacardos
- 2 Petit-Suis
- 1/2 Lima
- Cebollino
- Pimienta Negra
- Tomates Cherry
- 1 Docena de Aceitunas Negras sin Hueso
- 1 Chile Verde
- Ajo y Perejil
- Sal Maldon
- Aceite de Oliva

Desde hoy hay un cerdo menos en el mundo, y no sólo porque Bush haya terminado su mandato, sino porque algún que otro coratillo se habrá tenido que sacrificar para obtener esta preciada pieza entreverada llamada "secreto".
Vamos, digo yo.

No es la primera vez que publico una receta con este ingrediente de protagonista, y tampoco será la última, ya que el jodío secreto se deja comer que da gusto.

Al tratarse de cerdo ibérico, estamos hablando de un plato netamente español , aunque cuidao!!!!
Que últimamente he visto en algunas grandes superficies productos con la palabra "ibérico" impresa, y tienen de ibérico lo que yo de monaguillo.

Es como lo nuevo de Queen. Mucho Paul Rodgers, mucha producción, pero eso ni es Queen, ni es ná.
Desgraciadamente, Freddie no va a volver así que más le valdría a Brian May poner fin a este simulacro, o no me extrañaría nada que el próximo album de la Reina se conviertiera en una parodia definitiva de sí mismos, y fuese más o menos asín:


Que no os den gato por liebre amigos, y si os lo dan, por lo menos que sea con botas, a ser posible camperas.
Ibéricas 100%

ASÍN SE HACE:

Para tener el plato a punto y no perder más tiempo del debido, vamos a empezar haciendo la crema que a más de uno habrá sorprendido por el tema de los petit-suisse.
Yo creo que a estas alturas, nada de lo que veáis en este blog debería sorprenderos, pero entiendo que cuando menos os resulte chocante.

La verdad es que no sé como se me ocurrió. Debió de ser una de esas veces que decidí bucear por la nevera (metafóricamente, se entiende), y al contrario que Alejandrito Sanz, ni temblé , ni se me apagó la luz. Más bien lo contrario.
Después me dí cuenta de que la luz siempre se enciende cuando abres el frigo, y me pregunté que extraño mecanismo hace que eso sea así. Que misterios de la tecnología!!
Es como cuando estas en el metro y ves el típico mapa que dice "Está Ud. Aquí", y es verdad que estas allí, en ese mismo sitio!!!!. ¿Como coño saben ellos.....?
Llega a dar miedo, me cawen sus muelas.

En fin, he dicho lo de "no perder más tiempo del debido" y ya estoy desvariando, así que voy a dejar de decir gilipolleces y a seguir con el asunto de la crema.

Para hacerla, volcamos el contenido de 2 petit suisse en el vaso de la batidora y añadimos los anacardos, que son como los panchitos, pero como si tuvieran retortijones o les hubieran dao una patada en los huevos.
El sabor tampoco tiene nada que ver, y en caso de parecerse a algo, se acercarían más a los pistachos o a las almendras, que a los cacahuetes.

Agregamos también un chorrito de zumo de lima, pimienta negra molida y batimos bien.
Cuando la mezcla tome el aspecto de una mayonesa grumosa, añadimos unos cuantos tallos de cebollino cortado en aritos y los mezclamos con la crema, pero sin batir, que después mola mucho que se vean los trocitos verdes.

Ya solo tenemos que poner a freir los secretos con la sarten bien caliente y con apenas un hilillo de aceite, ya que las vetas grasas de la pieza se irán derritiendo y harán que se vaya dorando debidamente.
Eso sí, la campana extractora a tope, u os parecerá estar en un coffeshop de Amsterdam, o en una fiesta sioux.
La sal la pondremos al final, que si es sal Maldon mucho mejor, que os voy a contar.


Una vez que esten a vuestro gusto, acompañamos con la crema de anacardos/petit-suisse, y para decorar, nada mejor que unos tomates cherry cortados a la mitad, regados con un majado de ajo, perejil y aceite de oliva.
Por si esto fuera poco, yo quise añadirle unas aceitunillas negras y un chile verde cortado en circulitos.

Ahora no dejéis que el barrillo de ingredientes os frene, y confiad en mi palabra.

Cocinero en pruebas para esta receta: FELIPE TISUÍS


sábado, 10 de enero de 2009

EN LA CUESTA DE ENERO.... ASADURILLA DE CORDERO

EN LA CUESTA DE ENERO.... ASADURILLA DE CORDERO
(para 2 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 1 Bandeja de Asadurilla de Cordero de 250g.
- 1 Cebolla
- 1 Diente de Ajo
- 1 Cucharada de Harina
- 1 Vaso de Vino Blanco
- 1 Bolsita de Arroz Salvaje
- 1 Hoja de Laurel
- Pimentón Picante
- Azafrán
- Perejl
- Vinagre

Ya tenemos aquí al temido Enero, el mes peor diseñao de todo el calendario por las consecuencias intrínsecas del otro mes que le precede, donde solemos derrochar alegremente sin pudor alguno, pagando fortunas por productos de mierda.

Por si fuera poco, es un mes de 31 días que se hacen eternos hasta que llega la nómina, un mes que comienza con una resaca asquerosa y termina con los restos de polvorones y turrones caducaos (casi siempre del año anterior al anterior del anterior) en la mesita de café.
No me digáis que no está mal diseñao.

Para paliar los efectos devastadores en los bolsillos de los ciudadanitos de a pie, nada mejor que recurrir a una receta baratita, muy de pueblo y sabrosa donde las haya, aunque no exenta de cierta polémica por los (a veces) absurdos reparos que tenemos a la hora de consumir productos de casquería, cuando en realidad podemos obtener verdaderas delicatessen gracias a ellos.

Si no lo creéis, no perdáis ripio de esta receta y despojaos de vuestros prejuicios que lo vais a flipar. En serio.

ASÍN SE HACE:

Lo primero que haremos será lavar bien las asadurillas y a continuación sumergirlas durante unos minutos en agua templada con un chorro de vinagre para terminar con cualquier resto de impurezas, procurando evitar productos abrasivos como el KH-7 y cosas así.

Tras escurrirlas bien, cogemos un cuchillo bien afilado y cual forense impasible del C.S.I., procedemos al diseccionado de las distintas partes, poniendo especial cuidado en desechar todas las partes grasas.
Como ésta es la parte menos agradable de la receta, he creido conveniente publicar la fotografía codificada para no herir la sensibilidad de algunos lectores.


Puede que sea un poco gore, pero al menos sabes lo que estas comiendo, no como en las cadenas de hamburgueserías americanas, que a saber que lleva la carne esa. Eso sí que debe ser casquería fina.

Vale. Pues cuando nos repongamos del mal trago, cortamos la cebolla en juliana y los ajos en láminas, y lo ponemos a pochar junto a la hoja de laurel.
Agregamos la asadurilla y vamos integrando todo el conjunto hasta que la chicha se vaya dorando, momento en el que añadiremos también la sal, el azafrán, el pimentón y por último la harina.
Si no os gusta el pimentón, lo podéis sustitur por una guindillita. Lo suyo es que el plato tenga un puntito picante.

Removemos bien, y cuando la harina se haya mezclado con el sofrito, echamos el vaso de vino para ligar lo que será la futura salsa.
Huele bien eh?
Hay que joerse.
Y luego dicen los médicos que el vino es malo pa el hígado.....


Dejamos cocer a fuego lento durante 15 minutos y lo servimos con perejil picado por encima y con un poco de arroz salvaje como acompañamiento.
Si además contamos con un buen pan de pueblo, ya podremos disfrutar plenamente de este plato, al que personalmente considero un verdadero manjar.


NOTA: Ya sé que hay productos más vistosos y mejor valorados, pero teniendo en cuenta lo que se avecina y abogando por la filosofía de mi abuelo Julio que sacó adelante a 8 hijos vendiendo los mejores melones de todo Madrid en un puesto callejero (parecía que siempre estaba en jarras, pero era porque le quitaban los melones de las manos), mejor apostar por la cocina humilde porque precisamente ahí reside parte de la felicidad.

Cocinero en pruebas para esta receta: LUCAS QUERÍA