miércoles, 27 de junio de 2012

MEJILLONES AL PAVOR


MEJILLONES AL PAVOR
(para 4 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 1 Kilo y Medio de Mejillones (no sé como se pone abreviado)
1 Cebolleta
- 3 Dientes de Ajo
- 1 Cucharada Sopera de Concentrado de Tomate
- 1 Guindilla o Cayena
- Pimentón picante
- 1 Hoja de Laurel
- Azafrán
- 1 Cucharada de Harina
- 1 Vaso de Jerez
- Aceite de Oliva Virgen Super Extra
- Perejil Picado

Madre mía...otra vez nos ha cogido desprevenidos la ola de calor.
Si, si...esa ola de calor también conocida como "verano". Y encima el parte meteorológico lo presentaba un tipo llamado Roberto Brasero !!! En Febrero vale, pero ahora macho...¿cómo se te ocurre salir por la tele con ese nombre?
  Menos mal que estoy hecho de carbono y agua, si no estaría a un paso de la fisión nuclear con la consiguiente combustión espontánea. 
Un estornudo, y exploto como petardo de las Fallas.
He tenido que ponerme unas lentillas en los índices para poder teclear sin que se me quedaran los dedos pegaos, así que si véis unas letras más grandes que otras, no es mi culpa. 


Pero vamos a lo importante, que es la receta. Estos mejillones deben su nombre a que están tan buenos, que da hasta miedo. Sobre todo miedo a que se acaben.
Ésto es pavor auténtico y no las pelis de terror que hacen últimamente, que dan miedo, sí, pero de lo malas que son. 
Mira que les doy oportunidades, pero no hay manera. El otro día vimos una Mari Carmen y yo una que era tan pésima que daba la sensación de que la habían filmado en 1D !!!
Paranormal Activity 9 creo que se llamaba, aunque si la hubieran titulado Parasubnormal Inactivity les hubiera quedado más realista. Que sopor, que coñazo insufrible....y qué doblaje tan patético !!!
A ver si empiezan a darse cuenta de que las pelis se disfrutan más viéndolas en V.O. y que es mejor no doblarlas, entre otras cosas porque se puede partir el DVD.

Y vale ya de chistes malos, que se me enfrían los mejillones.

ASÍN SE HACE:


En primer lugar, limpiamos bien los mejillones, buscamos una olla bien hermosa y los ponemos a cocer con un culín de agua. Los ponemos a fuego vivo lo justo para que se abran. Hay que andar al loro en este paso, porque lo suyo es que los bichos se queden más bien crudos o poco hechos.
Cuando se enfríen un poco, desechamos una de las cáscaras para que no abulten tanto y y el guiso no parezca un desguace de coches.

Seguimos ahora con el sofrito, para lo cual vamos a cortar la cebolleta en juliana y picar los ajos en pequeños daditos.
Ponemos aceite de oliva a calentar, y vamos sofriendo a fuego medio, hasta que vaya tomando algo de color.

Añadimos la guindilla, el tomate concentrado, el azafrán y la hoja de laurel (que no sea sacado de internet, imprimido a escala y recortado luego por favor). Laurel, laurel. Y el azafrán lo mismo. Vale que estamos en crisis, pero eso de utilizar pelos de la nariz como sustituto del azafrán es de mal gusto. No por lo escatológico, sino porque da mal gusto, joé.


También agregamos el pimentón picante, que ya se me olvidaba.
Joer....más de uno pensará que me he vuelto loco publicando una receta de este calibre bajo el castigo de esta ardiente calima, aunque debéis saber que las recetas con alto contenido en picante son paradójicamente refrescantes. Por eso son tan frecuentes en  países cálidos como la India, Thailandia, etc.... Bueno, por eso y porque son unos flipaos de las guindillas. Yo los admiro.

Pues eso.... continuamos añadiendo una cucharada de harina al sofrito y tras remover un poco, le endiñamos el vaso de jerez.
Veréris que espesa rápidamente, así que para que no se queme, añadimos sin mucha demora los mejillones, echamos la sal que veáis conveniente y mezclamos bien todo.
Es también el momento de observar si la salsa ha quedado demasiado espesa. En ese caso, podemos echar mano del agua de cocción de los protagonistas para aligerarla un poco.



Dejamos que dé un pequeño hervor, y cuando veamos que los mejillones adquieran un color naranja vivo tipo Riskettos, tapamos la olla y los cocemos a fuego fuerte cinco minutos. Incluso menos tiempo puede que sea suficiente, ya que si no, se quedan muy gomosos y más que mejillones parecería que nos estamos comiendo la oreja de una Nancy.


Y poco más amigos..... Servimos con perejil espolvoreado por encima y a disfrutar sin miedo, aunque sean mejillones al pavor. Y si los dejáis de un día para otro, incluso para comerlos fríos, váis a flipar en colores.



Cocinera en pruebas para esta receta:  MARIOLA UREL