
LOMOS DE MERLUZA CON GELATINA DE VINO BLANCO SOBRE CREMA DE CHAMPIÑONES
(para 2 personas humanas)
INGREDIENTES:
- 2 Lomos de Merluza de Pincho
- 2 Cucharadas de Crema de Champiñón de Sobre
- 1/2 Vaso de Leche
- 1 Tarro de Gelatina de Vino Blanco "La Tejea"
- Perejil
- Sal Marina
- Pimentón Dulce de la Vera
- Cebollino
ASÍN SE HACE:
Joer. Con ese nombre parece un plato de esos que aparecen en las cartas de los mejores restaurantes, eh?
La diferencia es que si lo hacemos nosotros mismos, no tendremos que dejar el peluco como fianza para poder pagarlo e incluso conseguir que nos quede más suculento.
¿Qué? ¿No os lo creeis?
¿Vamos a ser nosotros menos que los grandes chefs? Venga ya, hombre.
Eso sí. Ya que estamos en plan selecto, vamos a hacerlo bien y utilizar ingredientes de primerísima calidad.
Una buena merluza de pincho, o sin ir más lejos los sobres Gallina Blanca de crema de champiñón, serán determinantes para llevar a buen puerto esta receta.
No os riáis coño, que en cuestión de sopas de sobre y para esta receta en particular, Gallina Blanca es la crême de la crème.
Los cocineros más ilustres utilizan frutos secos desecados (¿?¿?¿¿) y un montón de chuminadas liofilizadas para sus recetas que pa el caso vienen a ser lo mismo, así que.....champiñón en polvo al canto!!!
A ver si ahora vamos a ser nosotros menos que los grandes chefs. Que no hombre, que no.
Comenzamos cortando los lomos en cuatro trozos del mismo tamaño y los blanqueamos durante 1 minuto en agua hirviendo. Así ya los tendremos medio cocinados.
Seguidamente los dejamos escurrir y vamos preparando la plancha, poniéndola al fuego con un chorrín de aceite y unas piedrecitas de sal marina.
Mientras eso coge temperatura, mezclamos 1 cucharada de polvo de champiñón con medio vaso de leche muy caliente y removemos.
Dejamos reposar y si vemos que la crema resultante queda muy pastosa, añadimos un poco más de leche y volvemos a remover.
Hay que tener precaución con este tipo de mezclas, ya que al espesar de forma exponencial se puede entrar en un círculo vicioso del tipo: "ahora me he pasao con la leche, hay que echar más polvo......ahora se me ha ido la mano con el polvo, le añado mas leche" ....y al final resulta que necesitamos usar la bañera para hacer una simple crema de champiñón. No sería el primer caso.
Lo ideal es que quede más bien ligerita.
Vale. Pues lo siguiente es pasar los lomos de merluza por la plancha y dejar que se doren ligeramente. Con un minuto por cada lado, más que suficiente.
Para emplatar, hacemos un pequeño charco con la crema de champiñón y colocamos el pescado por encima.
Espolvoreamos con pimentón y perejil picado, y coronamos el plato con dos ramitas de cebollino, que nosotros ya hemos adquirido la suficiente pericia para hacerlo bonito.
¿O que pasa? ¿Que vamos a ser menos que los grandes chefs? No jodas, hombre.

He querido dejar para el final el ingrediente que va a marcar la diferencia en esta receta, y que nos va a aportar una textura que ríase usté de la seda pakistaní.
Me refiero a la exquisita gelatina de vino blanco que comercializan los chicos de La Tejea.
En caso de que no la encontréis, podéis intentar hacerla en casa realizando una reducción de vino blanco dulce y añadiéndole después gelatina en polvo o colas de pescado.
Aunque, al igual que en la Utopía de Schopenhauer (donde las plantas germinaban sin agua y los pavos volaban ya asados), si nos lo dan hecho (y bien hecho además), para qué complicarse la vida.

No vamos a ser menos que los grandes chefs. Faltaría más.
Cocinero en pruebas para esta receta: JORGE LATINA
Joer. Con ese nombre parece un plato de esos que aparecen en las cartas de los mejores restaurantes, eh?
La diferencia es que si lo hacemos nosotros mismos, no tendremos que dejar el peluco como fianza para poder pagarlo e incluso conseguir que nos quede más suculento.
¿Qué? ¿No os lo creeis?
¿Vamos a ser nosotros menos que los grandes chefs? Venga ya, hombre.
Eso sí. Ya que estamos en plan selecto, vamos a hacerlo bien y utilizar ingredientes de primerísima calidad.
Una buena merluza de pincho, o sin ir más lejos los sobres Gallina Blanca de crema de champiñón, serán determinantes para llevar a buen puerto esta receta.
No os riáis coño, que en cuestión de sopas de sobre y para esta receta en particular, Gallina Blanca es la crême de la crème.
Los cocineros más ilustres utilizan frutos secos desecados (¿?¿?¿¿) y un montón de chuminadas liofilizadas para sus recetas que pa el caso vienen a ser lo mismo, así que.....champiñón en polvo al canto!!!
A ver si ahora vamos a ser nosotros menos que los grandes chefs. Que no hombre, que no.
Comenzamos cortando los lomos en cuatro trozos del mismo tamaño y los blanqueamos durante 1 minuto en agua hirviendo. Así ya los tendremos medio cocinados.
Seguidamente los dejamos escurrir y vamos preparando la plancha, poniéndola al fuego con un chorrín de aceite y unas piedrecitas de sal marina.
Mientras eso coge temperatura, mezclamos 1 cucharada de polvo de champiñón con medio vaso de leche muy caliente y removemos.
Dejamos reposar y si vemos que la crema resultante queda muy pastosa, añadimos un poco más de leche y volvemos a remover.
Hay que tener precaución con este tipo de mezclas, ya que al espesar de forma exponencial se puede entrar en un círculo vicioso del tipo: "ahora me he pasao con la leche, hay que echar más polvo......ahora se me ha ido la mano con el polvo, le añado mas leche" ....y al final resulta que necesitamos usar la bañera para hacer una simple crema de champiñón. No sería el primer caso.
Lo ideal es que quede más bien ligerita.
Vale. Pues lo siguiente es pasar los lomos de merluza por la plancha y dejar que se doren ligeramente. Con un minuto por cada lado, más que suficiente.
Para emplatar, hacemos un pequeño charco con la crema de champiñón y colocamos el pescado por encima.
Espolvoreamos con pimentón y perejil picado, y coronamos el plato con dos ramitas de cebollino, que nosotros ya hemos adquirido la suficiente pericia para hacerlo bonito.
¿O que pasa? ¿Que vamos a ser menos que los grandes chefs? No jodas, hombre.

He querido dejar para el final el ingrediente que va a marcar la diferencia en esta receta, y que nos va a aportar una textura que ríase usté de la seda pakistaní.
Me refiero a la exquisita gelatina de vino blanco que comercializan los chicos de La Tejea.
En caso de que no la encontréis, podéis intentar hacerla en casa realizando una reducción de vino blanco dulce y añadiéndole después gelatina en polvo o colas de pescado.
Aunque, al igual que en la Utopía de Schopenhauer (donde las plantas germinaban sin agua y los pavos volaban ya asados), si nos lo dan hecho (y bien hecho además), para qué complicarse la vida.

No vamos a ser menos que los grandes chefs. Faltaría más.
Cocinero en pruebas para esta receta: JORGE LATINA